Confieso que en épocas me pierdo y no me encuentro.
Confieso que en ésas me entrego a la acción y me olvido del pensamiento, me olvido de ti y de mí; me olvido del sentimiento.
Confieso mi debilidad y mi pecado.
Confieso que he caído. Y confieso que me he entregado.
Confieso que hago daño. Confieso que lo lamento.
Confieso que te entiendo, y que te apruebo.
Confieso que ni reprocho tu decisión ni odio tu indiferencia.
Confieso que ayer te quise y te querré mañana.
Confieso que soñé contigo y que el sueño volverá.
Confieso que te necesitaré.
Confieso que moriré por ti, sin ti, pensando en ti.
Confieso que te quiero.
Confieso que la amé con toda el alma...
Confieso que me enamoré de su voz, porque en su voz estaba la esencia de todo lo que ella era y sin su voz faltaba todo... Por su voz se le desangraba el alma; de su voz pendía su cuerpo entero, su inmensa sensualidad de la que mi respiración pendía, el palpito frenético de un corazón enamorado del amor...
Confieso que me quedé colgado de su risa; que soñé con ella noches enteras de insomnio. Confieso que las tres notas de mi móvil, en escala ascendente, que presagiaban tu mensaje entrante empujaban mi alma hasta el límite permitido detrás del cual ya no hay más vida.
Confieso que cuando acerté a decirte "una sonrisa tuya vale por mil palabras" el cuerpo todo te bailó en el alma. Y creíste morir...
Después te dije adiós y ya no he vuelto a ver esa sonrisa...
Y confieso que no entiendes que también me necesito y me quiero yo.
Pero también confieso que ni tú ni yo somos culpables; ¡dichoso tempo!
Coincidimos en el tiempo pero no siempre vivimos y soñamos a la vez... y al mismo tiempo.
Confieso que en ésas me entrego a la acción y me olvido del pensamiento, me olvido de ti y de mí; me olvido del sentimiento.
Confieso mi debilidad y mi pecado.
Confieso que he caído. Y confieso que me he entregado.
Confieso que hago daño. Confieso que lo lamento.
Confieso que te entiendo, y que te apruebo.
Confieso que ni reprocho tu decisión ni odio tu indiferencia.
Confieso que ayer te quise y te querré mañana.
Confieso que soñé contigo y que el sueño volverá.
Confieso que te necesitaré.
Confieso que moriré por ti, sin ti, pensando en ti.
Confieso que te quiero.
Confieso que la amé con toda el alma...
Confieso que me enamoré de su voz, porque en su voz estaba la esencia de todo lo que ella era y sin su voz faltaba todo... Por su voz se le desangraba el alma; de su voz pendía su cuerpo entero, su inmensa sensualidad de la que mi respiración pendía, el palpito frenético de un corazón enamorado del amor...
Confieso que me quedé colgado de su risa; que soñé con ella noches enteras de insomnio. Confieso que las tres notas de mi móvil, en escala ascendente, que presagiaban tu mensaje entrante empujaban mi alma hasta el límite permitido detrás del cual ya no hay más vida.
Confieso que cuando acerté a decirte "una sonrisa tuya vale por mil palabras" el cuerpo todo te bailó en el alma. Y creíste morir...
Después te dije adiós y ya no he vuelto a ver esa sonrisa...
Y confieso que no entiendes que también me necesito y me quiero yo.
Pero también confieso que ni tú ni yo somos culpables; ¡dichoso tempo!
Coincidimos en el tiempo pero no siempre vivimos y soñamos a la vez... y al mismo tiempo.
3 Comentarios:
jejej paisano por tercera vez paso por aqui. pero que chulo que eres, jejeje mauksssss. sera el emjor seguro.
Buen comienzo no vamos a pedir ni peras al olmo ni titulos de liga ar beti jeje anda ven ven muakssssssss
Estas en mí, como yo vivo en ti, desde que te conozco vives dentro de mí. Y es allí donde siempre te busco cuando te extraño ...Felicidades por este Blog tan especial, ánimo que tú puedes con él. Muackissssss
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